Se calcula que para el 2050, las personas de origen latino representarán el 25% de la población total en Estados Unidos. Esta gente, además de ir en constante aumento, también está envejeciendo, y por ende sus necesidades de salud. Por lo anterior la pregunta a responder es: ¿Quién se ocupará de los gastos y requerimientos de salud de estas personas?
De acuerdo con investigaciones realizadas por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, por sus siglas en inglés), las desventajas que actualmente enfrentan los latinos en Estados Unidos son diversas y paradójicas, pues esta población es casi el doble de propensa a sufrir enfermedades del corazón y cáncer; y el doble de propensa a morir de diabetes y enfermedades del hígado que los caucásicos. Se sabe que el cáncer, las enfermedades cardiacas y los accidentes representan las principales causas de muerte en la población latina que radica en el país norteamericano, seguidas por la diabetes, que se encuentra en quinto lugar.
El Colegio Americano de Cardiología asegura que en comparación con otros grupos raciales y étnicos, los latinos están menos informados sobre dichos padecimientos, ignorando que actúan como las principales causas de muerte en Estado Unidos. Asimismo, frecuentemente desconocen que la presión arterial alta y el colesterol elevado son factores para contraer enfermedades del corazón.
Se tiene registro de que 55% de los latinos con obesidad piensan que su salud es “excelente”, “muy buena”, o “buena”, situación que muestra cómo la obesidad no es considerada como un problema de salud por muchas de estas personas, y tampoco existe una conciencia sobre la misma como factor que pueda influenciar el cambio de hábitos para prevenir otras enfermedades crónicas.
De igual manera, el idioma es un factor que aumenta la desigualdad en salud: casi el 80% de los latinos prefieren la comunicación de temas de salud en el idioma español, pero cerca del 30% reporta tener dificultades para obtener información de salud en esta lengua. Lo anterior afecta directamente el acceso a la información y la educación para la salud, así como lo hacen las campañas de salud pública dirigidas únicamente a personas que hablan inglés.
A través de una encuesta, se tiene registro de que más del doble de los latinos menores de 65 años no tienen seguro médico (33%), en contraste con los no latinos (14%). También se descubrió que dos de las dos principales razones por las cuales no cuentan con seguro médico son el precio elevado y su estatus migratorio.
El Consejo Nacional de La Raza (NCLR, por sus siglas en inglés) publicó que las barreras principales para el acceso a servicios de salud es el precio (ya sea de la atención médica o el seguro médico), el estatus migratorio, y el idioma; así como la falta de información acerca de las opciones de seguro médico.
Es importante notar la presencia de un importante hueco de información con las personas que no acuden al médico por su estado migratorio; y que hay una restricción de derechos sociales y legales que ponen este segmento de la población latina en alto riesgo.
Uno de cada 4 niños en EE UU es de origen latinoamericano, siendo así el mayor grupo de niños pertenecientes a una minoría, y el mayor grupo racial/étnico de niños sin seguro médico. El 43% de estos menores tienen sobrepeso, en comparación con 36% de los niños estadounidenses. Lo inexplicable es que muchos de ellos nacieron en territorio estadounidense, lo que los hace ciudadanos con todos los derechos legales. No obstante, viven bajo las desigualdades de salud de la población inmigrante. Así, estos niños implican una porción significativa de los futuros trabajadores, votantes y pagadores de impuestos en el país.
Los estudios también indican que los latinos son dos veces más propensos a visitar un doctor por una nueva enfermedad debido a la información de salud recibida mediante la TV. Por lo anterior, la televisión es un factor de influencia importante en este grupo de gente, ya sea para promocionar la salud o el consumo de alimentos no saludables, como lo demuestran investigaciones que hallaron que una gran proporción de anuncios sobre alimentos en la TV están dirigidos a los niños y a sus familias. Dicha exposición ha sido asociada a la preferencia y solicitud de compra de estos alimentos y a un aumento en su IMC (Índice de Masa Corporal), sobrepeso y obesidad.
Pese a todo lo anterior, hay una “paradoja” que recae en los latinos. Según el CDC, los índices de mortalidad de esta población que reside en Estados Unidos son menores (24% menos o dos años más de vida) que los de su contraparte caucásica. Existen varias teorías al respecto pero se cree que los hábitos de tabaco (los latinos fuman menos según lo últimos estudios), las prácticas de lactancia y las redes de apoyo familiares y sociales son variables que influyen sobre la mortalidad.
La proporción de fumadores entre los diferentes latinos es: 22% Puertorriqueños, 18% Cubanos, 13% Mexicanos y 9% Centro/ Sudamérica. El porcentaje de fumadores caucásicos es de 24%.
Son muchos los factores que interactúan y afectan el estado de salud de los latinos y podrían considerarse una problemática compleja. Por otra parte, las principales causas de muerte en la actualidad y las enfermedades crónicas son problemas de salud prevenibles.
Ahora existe el marketing hacia este segmento de la población para vender productos, así podría aprovecharse la influencia de la televisión para la promoción de la salud en canales en español. Sumado a esto, la regulación de anuncios televisivos de alimentos dirigidos a los niños es imperativa (ambos, latinos y estadounidenses, tienen los más altos índices de obesidad en el mundo). Aprovechar la fuerza de las redes sociales para generar información interactiva que se focalice en los latinos y que esté en español sería una clave para futuros programas de promoción de salud.
Muchos inmigrantes por las desventajas sociales y económicas en las que se encuentran están enfocados en sobrevivir en el día a día, trabajar, y poco es el tiempo o interés que dejan para su salud, cuando la salud es la base para todos los demás aspectos de la vida: laboral, social, recreativa, emocional y mental.
Fuente: Carlos Corless – Attorneys at Law