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¿Cómo un indocumentado llegó a ser líder del LAPD?

Muchos agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), son un vivo retrato de la comunidad inmigrante de Los Ángeles.

El capitán Alfred Labrada, por ejemplo, fue indocumentado durante su niñez.

“Yo nací en la ciudad de México. Mi padre murió cuando tenía 3 años de edad. Al verse sola mi madre, que es de Mérida, vino a trabajar a los Estados Unidos para poder sostenernos a mí y a mis tres hermanas”, recuerda Labrada.

Poco tiempo después, su mamá mandó a traerlos. “Cruzamos la frontera en 1975. Un tío nos pasó y me cuentan que yo iba dormido. Pero sí recuerdo que nos traían en una camioneta blanca”, dice.

Los Labrada crecieron entre las ciudades de Rosemead y El Monte, al Sur del condado de Los Ángeles.

“Mi madre tenía dos empleos. Trabajaba en una fábrica donde empacaban huevos pero también limpiaba casas. Me acuerdo que iba con ella a limpiar las mansiones de Arcadia aunque no creo haber sido de mucha ayuda. Era muy chico, el menor de los hijos”, cuenta.

Uno de los recuerdos más presentes de su infancia fue cuando iban al consulado mexicano en Los Ángeles a tramitar algún documento de identidad.

“El consulado estaba por la Placita Olvera. Teníamos que madrugar y hacer largas filas por horas en medio del frío. ‘¿Por qué tenemos que venir?’, le preguntaba a mi mamá”.

“Un tiempo trabajé como agente de seguridad pero luego inicié el proceso para entrar al LAPD y me llevó como un año ingresar”, precisa.

Labrada se hizo oficial en 1993. “Siempre quise ser policía o bombero. Me decidí por policía porque en esos años maltrataban mucho a la comunidad. No nos trataban bien. Quería ser parte de un cambio en el LAPD y trabajar por un departamento policiaco en el que la gente confiara y se identificara”, observa.

Actualmente el LAPD tiene casi 10,000 agentes de policía, el 46% son latinos. El próximo 14 de mayo se graduarán 37 nuevos policías, de los cuales 17 son hispanos. Esto da una idea de la transformación étnica dentro del LAPD.

Labrada fue ascendido a sargento en 2000. Lo hicieron teniente en 2014 y capitán en marzo pasado. En mayo cumple 24 años en las filas del LAPD.

“Han sido décadas de trabajo duro, esfuerzo y disciplina. Creo que he podido llegar hasta donde estoy por eso pero sobre todo porque trato bien a mis compañeros y a la comunidad”, considera.

Al preguntarle, ¿qué es lo que más le gusta a su jefe de su trabajo? “Que estoy cerca de la comunidad”, dice sin dudarlo.

Y fue precisamente en uno de esos foros comunitarios durante sus primeros años como policía comunitario en el sur de Los Ángeles, cuando reveló que fue indocumentado. “Yo no me di cuenta que fui un niño sin papeles de los 5 a los 11 años. A los 11, mi madre logró que nos hiciéramos residentes, y a los 18 años me hice ciudadano”, precisa.

Dice que cuando hizo público su pasado indocumentado, los miembros de la comunidad inmigrante le empezaron a tener más confianza.

Fuente: La Opinión.

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