La detención de jóvenes estudiantes indocumentados mientras van camino a la escuela es un tema que ha despertado mucha polémica en estados como Carolina del Norte. Sin embargo, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), ha dicho que, aunque no son agradables estas acciones, no son ilegales.
Desde que dieron inicio las redadas anti inmigrantes, autoridades escolares y activistas han denunciado ante el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) que estas acciones provocan aulas vacías y miedo entre la comunidad inmigrante.
Por su parte, los agentes del ICE argumentan solo estar llevando a cabo lo escrito en la “Operación Guardián de la Frontera”, subrayando que sus acciones se realizan conforme a la ley. Asimismo, la dependencia asegura no estar “persiguiendo” a jóvenes en las escuelas, sino que solamente está cumpliendo con las prioridades de deportación establecidas en noviembre de 2014.
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En una columna de opinión, Sarah Saldaña, directora de ICE, defendió las acciones de su agencia afirmando se detienen a “personas que tuvieron la oportunidad de presentar sus casos ante un tribunal, un juez ordenó su remoción, y no tienen apelaciones o reclamos pendientes”. Y agrega: “¿Son agradables estas acciones? No. Pero es la labor que deben cumplir nuestros hombres y mujeres".
Por su parte, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, dijo el mes pasado que su agencia continuará las medidas policiales siguiendo las nuevas prioridades de la Administración. Cabe destacar que, desde octubre de 2015, más de 28 mil indocumentados han sido deportados a Centroamérica.
“Estas acciones no deben estar ocurriendo en lugares seguros y sensibles, como las escuelas, porque infunden miedo y dificultan más la confianza y la participación”, dijo Lucille Roybal-Allard, congresista de California.
De acuerdo con activistas, sean o no casos aislados, el efecto “multiplicador” de las detenciones es el mismo: “meten miedo a las familias inmigrantes y alteran su vida diaria, en particular la de jóvenes que temen ser arrestados camino a la escuela".
Fuente: Dallas Morning News, The New York Times