De acuerdo a algunas estimaciones, hay cerca de 4.3 millones de inmigrantes mexicanos en la zona metropolitana de Nueva York, ciudad donde un compatriota suyo destaca como arquitecto en la construcción de edificios importantes, tanto que actualmente juega un papel importante en la construcción del nuevo World Trade Center.

Carlos Valverde Rojo es un arquitecto mexicano, nació en Tijuana, Baja California y actualmente radica en Nueva York, lugar donde es un miembro importante de una firma de inversión y de desarrollo de inmuebles, la cual ha sido responsable de desarrollar algunos de los edificios más importantes de la ciudad.

Actualmente, Valverde Rojo se desempeña como el encargado de desarrollar las torres 2, 3 y 4 que conforman el nuevo World Trade Center, edificios que medirán entre 70 y 80 pisos; donde la torre 3 será el quinto edificio más alto de Nueva York.

Debido a los distintos logros sociales, económicos y profesionales, Valverde Rojo fue reconocido por como “Innovador 2014”. El arquitecto mexicano fue uno de los constructores de la Freedom Tower, el edificio más alto de occidente y el tercero en el mundo.

Carlos también forma parte de la Organización Mixteca, organización sin fines de lucro que ayuda a inmigrantes con dificultades para aprender español o matemáticas. “Hay una gran desconexión entre la población migrante mexicana que no tiene visas y los otros mexicanos en la ciudad de Nueva York de familias con dinero, influencia y educación universitaria”, opina Valverde.

Él inició sus estudios en México y llegó a Boston para obtener una licenciatura en arquitectura, luego se trasladó a Nueva York para cursar una maestría en administración de la construcción.

Cuando concluyó sus estudios, Carlos ingresó a un despacho en el que le asignaron el proyecto de una escalera residencial, sin embargo se dio cuenta que lo que realmente quería era que su trabajo tuviera más impacto, por lo que en 2009 logró conseguir un lugar en su compañía actual.

“El hecho de nacer en una familia que pueda permitirte una educación es pura suerte, nada más. Todo depende de nosotros para ser capaces de dar vuelta a la situación”, considera Valverde Rojo.

Fuente: The Christian Science Monitor