El aumento en la llegada de maestros internacionales ayudó a cubrir vacantes en las escuelas de Carolina del Norte.
Ante el aumento en la deserción de maestros en Carolina del Norte, los docentes internacionales se han convertido en un recurso de gran importancia para mantener el funcionamiento del sistema educativo estatal. Un reciente informe muestra un incremento significativo en el número de estos maestros durante el año escolar 2022-2023.
En el periodo de marzo de 2022 a marzo de 2023, la tasa de deserción de maestros en Carolina del Norte alcanzó el 11.5%, con uno de cada nueve educadores abandonando la profesión. Aunque esta cifra es ligeramente inferior al promedio nacional del 12%, representa un incremento del 47% respecto al año anterior en el estado.
Para cubrir estas vacantes, Carolina del Norte ha recurrido a maestros internacionales, contratados principalmente a través del programa de Facultad Internacional Visitante. Durante el año escolar 2022-23, el número de estos maestros en el estado aumentó a 1,893, frente a los 511 del año anterior.
Estos docentes provienen de países en desarrollo como Jamaica, Colombia y Filipinas, y suelen llegar con visas J-1, diseñadas para permitir un intercambio cultural que enriquece la experiencia multicultural en la educación. En 2022, un total de 5,800 maestros obtuvieron estas visas en Estados Unidos, en comparación con los 2,800 en 2017.
Según el informe, la tendencia es significativa en distritos como el condado de Guilford, que contrató a 42 maestros internacionales el año pasado, el grupo más grande en la historia del distrito.
Para Yolanda Gómez, maestra de español en South Graham Elementary, el papel de los maestros internacionales va más allá de llenar vacantes, ya que también aportan una rica interacción cultural que beneficia a los estudiantes. Gómez subraya que estos docentes ayudan a estudiantes de segunda y tercera generación a conectar con su herencia cultural y a otros estudiantes a corregir percepciones erróneas sobre sus países de origen.
Por su parte, Fredy Romero, un maestro colombiano en Charlotte desde 2002, destaca cómo la conexión cultural con los estudiantes impulsa su progreso, especialmente para aquellos aprendiendo inglés como segundo idioma (ESL). Romero colabora con otros maestros para ajustar el currículo y las estrategias de evaluación, asegurando que todos los estudiantes avancen al mismo ritmo.
Obtener una visa J-1 no es una tarea sencilla, pues los maestros deben enfrentarse a la documentación y costos del visado, ajustes culturales y restricciones laborales. Además, la naturaleza temporal de la visa J-1 limita su capacidad de retención en el sistema educativo, forzando a muchos a regresar a sus países de origen o buscar otros lugares con políticas de visas más flexibles.