A partir de diciembre, la nueva norma del DHS ampliará el registro biométrico en sus fronteras a todos los viajeros extranjeros que entren o salgan del país.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicó una norma final que ampliará la recolección de datos biométricos en todos los puntos de entrada y salida del país, estableciendo que a partir del 26 de diciembre de 2025, todos los viajeros que no sean ciudadanos estadounidenses deberán ser fotografiados al ingresar o salir de Estados Unidos.
De acuerdo con el documento oficial del Registro Federal, la medida modifica los reglamentos del DHS para autorizar al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a tomar fotografías, y eventualmente otros datos biométricos, en aeropuertos, puertos marítimos y cruces fronterizos terrestres, eliminando las limitaciones previas que solo permitían programas piloto.
El nuevo sistema se implementará mediante la tecnología de comparación facial, que vincula la imagen capturada de cada viajero con los datos biométricos previamente registrados en pasaportes, visas u otros documentos de identidad. El DHS afirma que esta tecnología permite verificar identidades con una precisión superior al 98%, reduciendo el riesgo de fraude documental y ayudando a identificar casos de permanencia irregular o reingreso no autorizado.
La agencia señala que la recopilación de fotografías “hará más eficiente y segura la verificación de identidad de los viajeros”, además de fortalecer la capacidad para detectar a personas con antecedentes criminales o vínculos con terrorismo.
El CBP ya utiliza este sistema en aeropuertos bajo el programa Simplified Arrival y en algunos puntos marítimos y fronterizos. Con la nueva norma, el gobierno planea extenderlo progresivamente a todos los puntos de entrada y salida del país en los próximos tres a cinco años.
La regla aclara que los ciudadanos estadounidenses podrán optar voluntariamente por el proceso biométrico. En esos casos, las fotografías capturadas se eliminarán de los sistemas del CBP en un plazo máximo de 12 horas tras verificarse la identidad.
Según las estimaciones del DHS, el proyecto representará un costo total de entre 993 millones y 1.3 mil millones de dólares para el periodo 2017–2029, con beneficios en seguridad y eficiencia que incluyen una reducción promedio del 30% en el tiempo de verificación en los aeropuertos.
La publicación solicita además comentarios públicos hasta el 26 de noviembre de 2025, específicamente sobre los procedimientos de recolección de datos y los costos y beneficios del programa en los distintos medios de transporte.