Esta iniciativa legislativa busca fortalecer la seguridad fronteriza y ofrecer estatus legal a ciertos inmigrantes sin recurrir a la amnistía ni a la ciudadanía automática
Las congresistas María Elvira Salazar, republicana por Florida y Veronica Escobar, demócrata por Texas presentaron una nueva versión del DIGNITY Act, un proyecto de ley que plantea una reforma integral al sistema migratorio de Estados Unidos. Denominado DIGNITY Act of 2025, el proyecto fue introducido en el Capitolio con el respaldo de 20 legisladores de ambos partidos.
Durante la conferencia de prensa de presentación, Salazar describió la iniciativa como una “solución revolucionaria” a una crisis migratoria prolongada. “DIGNITY Act de 2025 asegura la frontera, detiene la inmigración ilegal y ofrece una oportunidad ganada para que los inmigrantes a largo plazo permanezcan y trabajen legalmente”, afirmó. Por su parte, Escobar resaltó que la propuesta representa un “paso crítico” hacia la modernización del sistema migratorio, combinando humanidad y seguridad.
El proyecto incluye una serie de medidas destinadas a mejorar la gestión migratoria del país. Entre ellas, el fortalecimiento de la infraestructura fronteriza, la implementación obligatoria del sistema E-Verify para evitar contrataciones ilegales, y la reforma del sistema de asilo para asegurar procesos más rápidos y confiables.
Uno de los puntos principales de este proyecto de ley es el Dignity Program, que permitiría a ciertos inmigrantes indocumentados acceder a un estatus legal por siete años, renovable bajo condiciones estrictas como buena conducta y pagos de restitución. Algo similar a la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), pero con el respaldo de una ley aprobada en el congreso y con una vigencia más amplia. Además, a diferencia de DACA esta propuesta implicaría la creación de un nuevo estatus legal para los beneficiarios. No obstante, a pesar de esto, la regularización propuesta no incluye acceso a la ciudadanía, ni implica amnistía.
Otro aspecto relevante es que esta propuesta estaría completamente financiada por las cuotas de aplicación y pagos realizados por los propios inmigrantes, sin uso de fondos públicos, ni pagos de impuestos.
Además, el DIGNITY Act contempla protecciones para los Dreamers, mecanismos para actualizar las categorías de visas según las necesidades económicas actuales, y programas de desarrollo laboral para trabajadores estadounidenses.
Legisladores como Mike Lawler de Nueva York, David Valadao de California y Gabe Evans de Colorado, también manifestaron su respaldo, destacando la importancia de ofrecer soluciones prácticas tanto para empleadores como para familias inmigrantes. “Es tiempo de aprobar una reforma migratoria razonable que restaure el orden legal y ofrezca soluciones a los inmigrantes que ya están contribuyendo al país”, señaló Valadao.
Por su parte, Lawler explicó que existen desafíos en el sistema de inmigración tanto para la reunión de familias como para los empleadores: “Debemos hacerlo arreglando nuestro defectuoso sistema de inmigración legal, protegiendo nuestras fronteras y creando un proceso justo y merecido para aquellos que ya están aquí y contribuyen. La DIGNITY Act honra el legado de Estados Unidos como nación de inmigrantes y por eso me enorgullece apoyarla”.
Asimismo, Evans, que es nieto de inmigrantes mexicanos, reconoció la importancia de esta iniciativa “que da prioridad a la seguridad fronteriza al tiempo que ofrece una solución práctica para los inmigrantes que desean trabajar duro, cumplir nuestras leyes y ser miembros productivos de la sociedad”. “Nuestra legislación logra lo que los empresarios latinos y los miembros de la comunidad han estado pidiendo: dar a los inmigrantes que contribuyen positivamente a nuestra comunidad la oportunidad de perseguir el sueño americano”, agregó.
DIGNITY Act surge en un momento de creciente tensión en torno al tema de políticas migratorias, por lo que será importante conocer cuál es su futuro dentro del Congreso y cuál es su avance en ambas cámaras.
