Pensaba salir por un momentito a trabajar y regresarme pero aquí seguimos, trabajando con las misiones, el trabajo con la Clínica Mayo”, bromea el neurocirujano Alfredo Quiñones-Hinojosa, conocido internacionalmente como el Dr. Q. “Lo que me empuja a salir de México es que yo tenía sueños, me quedé por cuestión del destino”.
Originario de Mexicali, Baja California, Quiñones-Hinojosa narra en su libro “Dr. Q”, como llegó a Fresno, California donde trabajó por dos años como pizcador de algodón, pintor, y soldador.
En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma que actualmente “estoy preocupado nada más en encontrar un estudio en contra del cáncer. Opero 300 casos al año, cirugías de todas partes del mundo”.
Al ser cuestionado sobre si aceptaría ser asesor del gobierno estadounidense o mexicano en políticas públicas, lo descarta.
“No tengo ningún interés. Pienso que mi rol en este momento es el más indicado y es el que considero más adecuado para formar y darle a la gente esperanza”.
Sobre el momento en el que decidió quedarse en el país vecino, Alfredo explica que “al momento de darme cuenta que la vida en Estados Unidos no es tan fácil, porque creamos esa falsa imagen que uno se va a volver rico, pero creo que la única forma de acumular riqueza es por medio la educación y no me refiero a la material sino a cambiar al mundo sino enriquecerse culturalmente y abrir otros horizontes, otra mente pero no lo entendemos en nuestro país. En Estados Unidos la gente tiene que venir a pensar cómo educarse, y creo que esa es la ventaja en este país. Tenemos que regresar a esa época en la que la gene tenía esperanza, sueños”.
De buen ánimo tras haber salido del quirófano, el Dr Q atiende la charla vía Skype, viste su uniforme quirúrgico y narra que como padre de tres hijos, dos mujeres y un hombre, les inculca que “lo que hagas, hazlo con pasión y todo sale bien. Debemos convertir la energía negativa en positiva, digámosle a la juventud que la única forma de salir adelante es estudiando, sigan preparándose”.
Respecto al plan de deportaciones prometido por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el neurocirujano afirma que “estamos en una etapa crítica entre los dos países que va a afectar a las futuras generaciones de ambos países. En México la gente escucha que el inmigrante es gente mala, en Estados Unidos escucha que somos gente que no vale la pena, que tienen que sacarnos, esto va a tener un efecto negativo en unos 10 o 15 años”.
Sobre el muro entre ambos países, afirma “esa barda no va a llegar a nada porque la gente cuando tiene sueños la va a brincar, por arriba, por abajo, por donde sea. El país ha estado cambiando, en Estados Unidos el sentir contra los migrantes no va a cambiar solo con palabras sino con hechos y superándonos profesionalmente, enriqueciéndonos culturalmente”.
Alfredo confiesa que “me he hecho muy cínico de los políticos en la última década, en nuestro país, en el mundo. Los políticos desafortunadamente, la mayoría, se han servido a sí mismos.”
Entre sus títulos oficiales se encuentran Profesor Asociado de Cirugía Neurológica, Profesor Asociado de Oncología, Director del Programa de Cirugía de Tumores Cerebrales en Johns Hopkins Bayview Medical Center, y Director del Programa de Cirugía Pituitaria en el Hospital Johns Hopkins.
Fuente: El UNIVERSAL.
