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Inmigrantes no llegan a su destino al atravesar el condado de Brooks, Texas

A más de cien kilómetros al norte del río Grande, entre espinas de mezquite, se encuentra el condado de Brooks, una de las zonas más remotas de Texas y donde varios inmigrantes han visto truncado su “sueño americano” debido a las inclemencias del clima.

En lo que va del año, 33 inmigrantes han sido encontrados sin vida en este condado. Fallecen por falta de agua o lesiones en un paraje donde, durante agosto, se alcanzan los 45 grados centígrados, además la maleza y los vallados de los ranchos hacen aún más complicada la travesía.

Tras cruzar la frontera con México, los “coyotes” trasladan a los inmigrantes indocumentados desde la orilla norte del río Grande hasta varios kilómetros antes de llegar al puesto de vigilancia de Falfurrias, uno de los cerca de 30 puestos que la Patrulla Fronteriza ha instalado ahí. Los inmigrantes que no logran atravesar esta ruta son hallados por rancheros en puntos casi inaccesibles de este territorio semidesértico de más de 2 mil 500 kilómetros cuadrados.

“Estamos trabajando para que quede registro de lo que pasa aquí. Es complicado que un departamento humilde como el nuestro se encargue por su cuenta de la situación. Es algo insostenible”, explica el ayudante en la oficina del Sheriff local, que cuenta con el aporte de la Patrulla Fronteriza. Desde que se comenzaron a registrar las muertes, la oficina del Sheriff ha llegado a contar en un año un máximo de 129 cuerpos de inmigrantes, en 2012.

La mayoría de inmigrantes que no logran atravesar el condado de Brooks permanecen en el anonimato, sin embargo, algunos de ellos llevan consigo identificaciones de El Salvador, Guatemala, Nicaragua o México; otros salen del anonimato por el nombre tatuado de una pareja o algún número telefónico que llevaban consigo.

Fuente: La Raza

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