Cuando la presión arterial aumenta considerablemente, existe el riesgo de padecer hipertensión, por lo que es recomendable siempre acudir al doctor para recibir un tratamiento adecuado, que en la mayoría de las veces se controla con medicamentos o cambiando la alimentación drásticamente.
Hay dos tipos de presiones arteriales:
- Sistólica es cuando el corazón se contrae al bombear la sangre
- Diastólica es la presión de la sangre cuando el corazón descansa entre latidos.
Nuestra presión arterial debe de ser de 120/80 mmHg (milímetros de mercurio).
Una presión arterial alta es de 140/90 mmHg y es cuando se debe ir al médico para una revisión. Un factor que aumenta el riesgo de hipertensión es la obesidad. Por eso hacemos hincapié en llevar una vida saludable.
Para poder controlar la hipertensión se debe tener una alimentación saludable, tomar mucha agua, no fumar, no consumir alcohol, disminuir considerablemente el consumo de sal, hacer ejercicio y seguir al pie de la letra las indicaciones del profesional de la salud.
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