Ante la confirmación de una nueva ola de redadas anti inmigrantes a nivel nacional, autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) han informado que se trata de una operación de 30 días de duración, que se llevará a cabo entre mayo y junio y será similar a la realizada a principios de año en Georgia, Texas y Carolina del Norte.
Marsha Catrón, vocera del DHS, comunicó que “las operaciones actuales son una continuación de las anunciadas por el secretario de Seguridad Nacional en enero y marzo. Recalcamos que estas operaciones se limitan a aquellos que fueron detenidos en la frontera luego del 1 de enero de 2014, han recibido orden de deportación de una corte de inmigración y no tienen apelaciones, casos de asilo o algún otro alivio humanitario pendiente”.
La vocera del DHS reiteró que las autoridades migratorias mantienen las prioridades de deportación anunciadas el 20 de noviembre de 2014. Las cuales son:
-Quienes sean considerados una amenaza a la seguridad nacional, de la frontera o pública
-Personas con historial de violaciones de inmigración
-Quienes hayan tenido un DUI o enfrentado cargos por violencia doméstica, explotación sexual, robo y cualquier delito que tenga más de 90 días como penalidad de cárcel
-Inmigrantes con una orden final de deportación en o después del 1 de enero de 2014
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Tras el anuncio de DHS, desde el Congreso, los representantes de California e Illinois consideraron que en lugar de deportar a los inmigrantes centroamericanos que llegan huyendo de la violencia en sus países, debe adoptarse “una política de refugiados”.
Asimismo añadieron que “quienes han sido señalados como objeto de estas redadas y deportaciones son aquellos que no tienen acceso a un abogado o de procesos legales para sus reclamos de asilo”.
Por lo anterior consideran que, para ellos, las redadas demuestran por encima de todo “las fallas” del sistema migratorio estadounidense en materia de asilos.
Fuente: Univisión