Madres de familia han denunciado que en los centros de detención para inmigrantes indocumentados que se localizan en Texas, los menores detenidos han enfermado, se ha afectado su salud mental y se han puesto en peligro.
Durante una audiencia en un tribunal llevado a cabo la semana pasada, este grupo de mujeres describieron cómo se vive en los centros. El grupo activista del que forman parte solicitó al juez que impida al estado conceder a esos centros licencias de funcionamiento como instalaciones residenciales de cuidado de menores.
Mediante las firmas privadas que administran los dos centros de detención en Texas, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) pretende que se otorguen las licencias a ambos lugares luego que un juez federal en California determinara el año pasado que los niños inmigrantes no podían permanecer retenidos en establecimientos que carezcan de los permisos para instalaciones de cuidado de menores.
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Ante la resolución del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección, quien entregó el pasado mes de abril una licencia temporal a la instalación de 500 camas en Karnes City, el grupo activista Grassroots Leadership presentó una demanda bajo el argumento de que la agencia carecía de la autoridad para conceder a esos centros los permisos de instalaciones de cuidado de menores.
El grupo activista Grassroots Leadership ha solicitado una orden judicial temporal que impida la aplicación de la normativa que permite el otorgamiento de las licencias a los dos centros de detención. El otro de ellos es el Centro Residencial para Familias Sur de Texas, que tiene 2 mil 400 camas, en Dilley. Ambas instalaciones se encuentran al sur de San Antonio y abrieron en 2014 debido a la llegada de decenas de miles de madres y niños procedentes de Centroamérica.
Fuente: Al día Dallas