El pasado 4 de mayo, una corte federal frenó la licencia de operaciones de un polémico centro familiar de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que funciona en Dilley, al sur de San Antonio, Texas.
El centro de cuidados infantiles de Dilley opera desde el pasado mes de febrero con un permiso otorgado por el Departamento de Servicio Familiar y de Protección de Texas. Sin embargo la juez estatal de distrito, Karin Crump, firmó una orden de restricción temporal que deja sin efecto la licencia de operaciones de Dilley.
Este centro cuenta con 2 mil 400 camas y es operado por una empresa privada. Fue habilitado en el año 2014, para recibir a niños y mujeres indocumentados provenientes de Centroamérica que llegaron a Estados Unidos en busca de asilo.
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El fallo de la juez Crump respondió a una demanda interpuesta por un grupo de organizaciones y activistas que defienden los derechos de los inmigrantes y que se opone a la existencia de este tipo de centros.
La orden vence el 13 de mayo. La corte celebrará una audiencia para recibir argumentos a favor y en contra del funcionamiento del centro.
Tanto organizaciones pro inmigrantes como abogados, alertaron en febrero que el Departamento de Protección y Servicios para la Familia redujo los estándares mínimos para el funcionamiento del centro de Dilley. “Al reescribir las normas y bajar los estándares, el estado (Texas) ha ignorado el clamor popular de oposición a la detención de familias y a conceder estas licencias”, dijo la organización Grassroots Leadership al respecto.
Los dos centros ubicados en Texas, Dilley y Karnes City, se encuentran en el ojo del huracán desde su apertura por señalamientos de malos tratos y abusos cometidos por los custodios de las instalaciones.
Fuente: El Diario NY