Debido a dificultades para conseguir trabajo o incluso un hogar, así como por problemas para ajustarse al día a día y la cultura de un país distinto, jóvenes inmigrantes salvadoreños deciden salir de Estados Unidos y regresar a su país, a pesar de contar con residencia legal.
Mercedes López Peña, cónsul al frente del Consulado de El Salvador en Los Ángeles, comenta que en los últimos nueve meses ha visto por lo menos a una docena de jóvenes inmigrantes salvadoreños que han pedido ayuda para regresar a su país de origen.
De acuerdo con López Peña, “los tratamos de convencer de que se queden, principalmente a los que tienen residencia legal en Estados Unidos, pero lo que dicen es que no tienen trabajo, están sin hogar y que no han logrado insertarse o adaptarse a este país".
Estos inmigrantes acuden al consulado para encontrar ayuda financiera y poder comprar el boleto de regreso a El Salvador. Cuando algún caso de este tipo llega a la sede consular, se le pide a los asistentes al consulado que colaboren con su compatriota. “Hemos tenido casos en que hay presente algún empresario salvadoreño haciendo algún tramite y les ofrece trabajo. O en algunos casos, se les ayuda a recolectar el dinero para comprar el pasaje”, comenta la cónsul.
Por su parte, Nelson Flores, presidente del Comité El Pescador, organización que ayuda a zonas rurales de Puerto El Triunfo en El Salvador, comenta que ha visto este fenómeno de inmigrantes salvadoreños que se encuentran en condición de indigencia y que quieren regresar a su país, “son casos aislados de personas que se vienen y no les va bien”, dice.
A su vez, Salvador Sanabria, director ejecutivo de El Rescate, recordó que durante la crisis mundial del 2008 y 2009, miles de inmigrantes se mudaron a otras zonas del país donde habían más oportunidades. “Lo que es preocupante es que el gobierno salvadoreño no tiene las mejores condiciones para enfrentar el problema de los retornados. Ellos se encuentran en un situación muy difícil porque llegan a una sociedad que los ven de manera estigmatizada y que los discrimina”, narró Sanabria.
Fuente: La Opinión