El programa Office for New Americans (Oficina para los Nuevos Estadounidenses) fue lanzado este año en Nueva York con la intención de que los inmigrantes que se encuentran en proceso de naturalización puedan aprender inglés por teléfono en cualquier momento que se encuentren disponibles.
El estado de Nueva York lanzó este programa piloto de clases de inglés, que se imparte a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto, con la idea de que los inmigrantes candidatos a nacionalizarse aprueben su examen.
Los inmigrantes que se inscriben a este programa llaman a un número telefónico cuando quieren tomar una clase; se les hacen preguntas que responden mediante mensajes de texto, cuando dan una respuesta correcta, se pasa a otro tema, si la respuesta es incorrecta reciben una llamada de un instructor que les explica el concepto.
Jorge Montalvo, supervisor del programa, dijo que “queríamos que fuese lo más accesible posible. El objetivo es que toda persona que complete el programa esté en condiciones de aprobar los requisitos de inglés del examen de nacionalización”.
Jessica Rothenbert-Aalami, directora ejecutiva de Cell-Ed, empresa que ofrece las clases, explica que toma un promedio de 25 horas completar un nivel. Detalla que se ofrecen clases de primer y segundo nivel, además de una clase para el examen de la ciudadanía. Al principio, añade, se habla mayormente en español y se pasa al inglés a medida que avanzan las clases y los inmigrantes se sienten con más confianza.
La tecnología que se emplea es muy básica, pues no requiere aplicaciones ni teléfonos inteligentes. Cualquier persona con teléfono celular tiene acceso al programa, el cual les permite a los inmigrantes que estudian avanzar al ritmo que desean.
El programa es gratis, con excepción del costo que deriva de los servicios telefónicos por los minutos de charla o por los textos enviados y recibidos.
Según reportes, cerca de 300 inmigrantes se han inscrito al programa en tres regiones del estado: el valle del Hudson, la zona metropolitana de la ciudad de Nueva York y el área de Finger Lakes/North Country.
La idea de la oficina es analizar cómo funciona después del primer año y si vale la pena expandirlo.
Fuente: The Washington Post