Las eventuales deportaciones masivas que realice el gobierno del presidente electo, Donald Trump, sería un golpe muy duro a nivel económico y político a los gobiernos locales de Estados Unidos, pues “hay ciudades como Nueva York, San Francisco y Los Ángeles que no funcionarían sin migrantes”, destacó el académico Rafael Fernández de Castro.
El jefe del Departamento de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) observa un fenómeno distinto en materia de políticas migratorias locales estadunidenses, donde los gobernantes están tomando partida para proteger las ciudades santuario.
“Así como vimos en la década pasada que muchos estados como Arizona, Utah, Alabama, haciendo política migratoria ante el impasse del Capitolio, ahora está sucediendo todo lo contrario ante la embestida que trae Donald Trump, estamos viendo que los alcaldes están pintando su raya”, dijo.
En 1994, en el estado de California surgió la Propuesta 187 para negar a los indocumentados servicios de educación pública, salud, entre otros. Hoy, dicho estado es uno de los más promigrantes.
“En Arizona está pasando lo mismo después de la SB1070, y el haber apretado tanto a los migrantes indocumentados ha cobrado costos económicos muy altos; ahora Arizona está cambiando, y ciudades como Phoenix son muy migrantes”, explicó Fernández de Castro.
El pasado 30 de noviembre, de visita en México, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, se comprometió hacer de su ciudad, “una ciudad de tolerancia y de la diversidad, abierta a los migrantes”.
“Los Ángeles es una ciudad abierta e invita a los inmigrantes y siempre los invitará”, dijo el alcalde.
El 63% de los residentes en Los Ángeles son inmigrantes e hijos de inmigrantes, y de esta población se cuentan alrededor de 3.7 millones de personas que son de origen mexicano.
Un segundo fenómeno es el papel de apoyo a los inmigrantes que están dando las universidades, iglesias y asociaciones civiles. El académico apunta que es precisamente el terreno que debe aprovechar la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Y señaló que el gobierno mexicano ya identificó a grupos como los judíos, quienes tienen gran peso económico y político en la unión Americana.
“Los judíos son cuatro y medio millón de personas en Estados Unidos, sin embargo, tienen un cabildeo fenomenal, ellos le ponen un costo enorme a cualquier persona que habla mal de los judíos o de Israel. México está aprendiendo de ellos, y para eso tienen que ser aliados naturales, como son los alcaldes progresistas, las Iglesias y desde luego los centros de investigación pero también las organizaciones sociales promigrantes”, dijo.