Octavio Sánchez, un Dreamer mexicano y beneficiarios de DACA recuerda su conexión con México.
Octavio Sánchez es un mexicano que llegó a Estados Unidos a los 4 años, cruzando, de manera ilegal, la frontera junto con su familia. A los 6 años regresó a México brevemente, pero su familia pronto decidió regresar a Estados Unidos. Sánchez creció en Chicago, en una comunidad diversa de compatriotas, donde se ha acogido desde temprana edad.
Al igual que muchos jóvenes con una historia de inmigración, Octavio permanece en Estados Unidos gracias al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Este programa retrasa la deportación de personas que llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad, pero sin documentación legal. A través de DACA, Octavio tuvo la oportunidad de estudiar y convertirse en maestro, alcanzando sus metas su sueño de desarrollarse profesionalmente.
Octavio cuenta que el sentido de comunidad buscaba lo encontró en el norte de Chicago, especialmente a través del arte. Gracias a ello aprendió a liderar grupos de artistas y estudiantes y ahora se siente con la responsabilidad de inspirar a su comunidad y a sus estudiantes. “Ahora tengo el privilegio de dar todo lo que tengo para mi comunidad, para mis estudiantes, para tratar de enseñarles que detrás de cada obstáculo hay una oportunidad y de ejercer lo que me llama. Siempre es importante, es tratar de ser lo que quieras ser, no importa lo que sea, pero seguir tu corazón”, cuenta el mexicano.
Sánchez cuenta que sus primeros recuerdos de vida son en Estados Unidos, por ejemplo, la comida, los lugares como el lago de Chicago y la fraternidad dentro de la comunidad mexicana donde creció. Sin embargo, a pesar de los desafíos iniciales al integrarse al sistema escolar estadounidense, con el tiempo, Octavio aceptó su identidad y sus raíces mexicanas. “La unión de la comunidad nunca faltó. Nosotros los mexicanos somos de comunidad, nos ayudamos, yo lo he vivido”, explicó.
A pesar de su cariño por su país natal, Octavio no tiene muchos recuerdos de México, sin embargo, entre sus metas se encuentra visitarlo: “Es un país que recuerdo, pero no conozco. Tengo muchas ganas de poder conocer a mi país. Me encantaría poder conocerlo. Ahí está mi comunidad. Me gustaría crear un puente cultural”, mencionó.
Por otra parte, en dos meses, Octavio debe renovar su estatus de DACA, un proceso por el que siente incertidumbre. No obstante, también reconoce lo importante que ha sido DACA para su desarrollo personal y profesional. “Cuando DACA pasó fue algo que soñé como migrante, académico, artista, como alguien que quiere sobresalir en este país porque vienes acá con la idea de una vida mejor, de algo más grande, pero no fue algo fácil”.
“Nosotros como inmigrantes, como mexicanos, como gente que vive en esta comunidad, en este país tenemos que recordar que debemos crecer, ubicarnos, adaptarnos, pero manteniendo nuestra identidad, vida a través del lenguaje, de nuestra cultura, con los valores que nos han enseñado”, finalizó.