De a cuerdo a organizaciones sin fines de lucro, sólo uno de cada dos niños inmigrantes que llegan a Los Ángeles huyendo de la violencia en Centroamérica recibe ayuda de un abogado; y la última estrategia que prometía resolver esa crisis ha dado pocos resultados.
El programa de asistencia legal que el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés) anunció en febrero, únicamente se ha hecho cargo de cuatro de los 1 mil casos de niños inmigrantes refugiados que aún no consiguen a un profesional para que defienda sus procesos de deportación.
De los 2 mil niños refugiados que estudian en los planteles del LAUSD, sólo la mitad recibe ayuda de un abogado particular o del que le consiguió alguna organización sin fines de lucro. El Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN) está a cargo de 200 casos; mientras que el grupo legal Public Counsel en Los Ángeles tiene otros 100.
Pocos niños inmigrantes han recibido una visa migratoria juvenil o asilo político, las estrategias legales más comunes para retenerlos en Estados Unidos, según indicaron estas organizaciones. Cabe resaltar que el asilo político es el trámite más complicado y lento.
Cifras oficiales exponen que es más probable que un niño inmigrante sea deportado a su país de origen si se presenta ante un juez migratorio sin un abogado. De julio de 2014 a marzo de 2015, más de 4 mil 700 niños inmigrantes sin defensor legal fueron deportados o aceptaron su salida voluntaria y sólo 352 en esa situación lograron quedarse. Mientras que la mitad de los niños inmigrantes que tenían abogado evitaron ser expulsados de Estados Unidos.
Fuente: La Opinión