Amparadas por la Ley de la Violencia Contra las Mujeres (VAWA, por sus siglas en inglés) así como por la Visa U, miles de mujeres inmigrantes han logrado obtener la residencia permanente en Estados Unidos. Sin embargo, debieron pasar por un infierno personal llamado violencia doméstica.
Según cifras oficiales, entre 2009 y 2011, el gobierno federal de Estados Unidos entregó más de 25 mil visas U a mujeres víctimas de violencia doméstica. Durante ese periodo, siete de cada ocho casos que recibió el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) fueron aprobados.
Uno de esos casos es el de Lucero Vargas, una joven mexicana que logró obtener la residencia permanente después de sufrir los estragos de la violencia doméstica. “Este proceso es difícil, pero también hay sanación”, comenta.
Lucero, de 24 años de edad, sufrió tres años de maltratos por parte de su marido, por lo que desesperadamente buscaba ayuda. “Pero no podía, no sabía cómo hacerlo, estaba estancada. Luego, ya estando embarazada, me di por vencida”, relata. Sin embargo, encontró asesoría local y conoció que la ley VAWA y la visa U la amparaban.
“Tomen ventaja de esta ayuda que nos dan a las víctimas”, recomienda Lucero, quien decidió compartir su amarga experiencia para animar a otras mujeres que han sufrido violencia doméstica. “No tengan miedo, todo este proceso es difícil pero también hay sanación”, agrega.
El proceso migratorio de Lucero demoró cerca de un año, y recibió la asistencia gratuita de la clínica legal para inmigrantes de la Escuela de Leyes Loyola, ubicada cerca del centro de Los Angeles y que se nutre de la energía de un puñado de estudiantes de abogacía y otros voluntarios del instituto.
El equipo de voluntarios de la Escuela de Leyes Loyola brinda consultas migratorias cada semana de forma gratuita, a las cuales acuden entre 60 y 80 personas. “Muchas víctimas de violencia doméstica, más cuando están indocumentadas, tienen mucho temor de reportar a sus abusadores”, dice Marissa Montes, codirectora del programa de la escuela Loyola. “Yo les dijo ‘esta es tú oportunidad de tomar ventaja de que algo malo que te pasó se vuelva algo bueno’”.
Fuente: El Diario NY