Como cada 1 de abril, el gobierno de EE UU puso en marcha el periodo de solicitudes para el polémico programa de visas H-1B para el año fiscal 2017, al cual se le critica que el límite anual impuesto por el Congreso no es suficiente para cubrir las necesidades del mercado laboral.

El programa de visas se ha vuelto popular dentro del nicho empresarial, particularmente entre las compañías de alta tecnología situadas en estados como California y Texas, entre otros, y ha propiciado una controversia relevante desde su implementación hace más de dos décadas.

Las visas H-1B se otorgan a través de una “lotería” computarizada, pero se agotan rápidamente (en solo unos días) debido a su gran demanda y oferta limitada. A manera de ejemplo, en el año fiscal 2015 la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, por sus siglas en inglés) recibió cerca de 233,000 solicitudes, de acuerdo con el resumen preparado por el “American Immigration Council”.

El programa fue autorizado y ejecutado por el Congreso en el año de 1990, a fin de ayudar a las empresas a contratar a extranjeros altamente calificados si no hallaban trabajadores disponibles en EE UU.

Las visas que otorga el programa tienen una vigencia de tres años, y son renovables por otro periodo similar. Asimismo, la iniciativa beneficia a empresas con “ocupaciones especializadas”, como en los campos de la salud, pero realmente aplica para empresas en el sector tecnológico.

Se estima que alrededor de dos terceras partes de los beneficiarios son empleados en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), pero también hay una demanda de estas visas en los sectores de salud, negocios y finanzas.

Hoy en día, la USCIS aprueba hasta 65,000 visas H-1B por año fiscal para nuevas contrataciones, y 20,000 más para extranjeros que obtienen diplomas de posgrado en universidades estadounidenses.

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Fuente: La Opinión