El Centro Residencial de Berks County, ubicado en Pennsylvania, operado por la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) perdió su licencia estatal la semana pasada al no cumplir con las condiciones originales establecidas en dicho permiso.

El centro de detención de Pennsylvania era uno de los tres centros de detención que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) usa para detener a familias inmigrantes que buscan asilo en Estados Unidos y habían sido objetivo de protestas por parte de diversos grupos de activistas.

El centro de Berks tiene actualmente 84 residentes, la mayoría madres centroamericanas con hijos menores indocumentados, incluyendo a cinco familias detenidas durante las redadas llevadas a cabo a principios de 2016.

El Departamento de Servicios Humanos del estado de Pennsylvania envió la semana pasada una carta a los Comisionados del Condado de Berks, quienes alquilan el centro al gobierno para detener familias, revocando la licencia de operación y negando una solicitud pendiente del gobierno para expandir la capacidad del mismo de 96 a 192 residentes.

En la carta, se detalla que la decisión se basa en que el centro “no opera como un centro residencial para menores, que es la licencia existente, sino para la detención de familias, incluyendo adultos”.

El departamento ya había advertido al gobierno federal de que esto sucedería en una carta enviada el pasado mes de octubre de 2015. No obstante, DHS no hizo nada por mover las familias a otro lugar y, al contrario, continuó pidiendo su expansión al doble de capacidad.

Abogados que trabajan para defender a las madres encerradas en Berks, dijeron que el gobierno continúa usando el centro para detener a madres por largo tiempo.

Fuente: La Raza