González creó “La Niña Chamoy Candies”, a través del Programa de Capacitación para Emprendedores Mexicanas en el Exterior.
Con una receta familiar y una fuerte convicción por mantener viva la tradición de los dulces artesanales, Rosa Cecilia “Chely” González ha convertido su emprendimiento, La Niña Chamoy Candies, en una expresión de identidad y resiliencia. Participante del Programa de Capacitación para Emprendedores Mexicanas en el Exterior (PCEME) en Chicago, Chely comparte cómo el dulce de tamarindo heredado de una receta de su abuelo se transformó en una empresa con sabor artesanal y visión a largo plazo.
La idea de La Niña Chamoy Candies nació en un momento de necesidad., pues Chely se quedó sin trabajo y recurrió a su abuelo, quien le enseñó, a través de videollamadas, cómo preparar dulces tradicionales como palanquetas y calabaza en dulce. Sin embargo, fue el tamarindo, conocido popularmente en Estados Unidos como “chamoy”, el que conquistó al público, ofreciendo una alternativa artesanal frente a productos industrializados.
Chely comenta que iniciar el negocio fue un reto: “No sabía cómo vender ni cómo llegar a la gente”. Su participación en programas como Empresarias del Futuro y más tarde en el PCEME, le permitió adquirir herramientas de emprendimiento, aprender sobre promoción y conectar con nuevas audiencias en mercados y eventos comunitarios.
El PCEME representó un punto de inflexión, ya que según Chely, el programa no solo reforzó sus conocimientos, sino que también le devolvió la esperanza y la motivación para seguir adelante con su negocio.
Gracias a su perseverancia, La Niña Chamoy Candies ha tenido presencia en espacios destacados como el mercadito de Navy Pier durante la Semana de México y el Foro Dreamers, donde su marca fue parte de la representación cultural mexicana en el extranjero. Estos momentos no solo le dieron visibilidad, sino también reafirmaron su orgullo de portar un legado familiar y nacional.
“Sentí una gran emoción y mucho orgullo de mis raíces. Soy mexicana, criada en Chicago, pero sin olvidar de dónde vengo. Ser contactada por el Consulado General de México en Chicago para decirme que les encantaría obtener mi producto para un evento de esa magnitud fue un gran orgullo”, comentó.
“También, fue un orgullo pensar que eso era parte de perpetuar el legado de mi abuelito y de ver que se valora el dulce artesanal, mi trabajo y la tradición”, expresa Chely. Además, según comenta para ella hacer dulces artesanales es también un acto de amor y compromiso con la limpieza, la calidad y la dedicación.
Chely anima a otras mujeres mexicanas en Estados Unidos a no abandonar sus sueños y a continuar trabajando: “Si tienen un sueño, por pequeño que sea, llevarlo a cabo puede volverse realidad. No siempre las cosas se dan como uno espera, pero sí se puede lograr todo al final. Hay que buscar programas como el PCEME que dan fuerza, aliento y recursos educativos para dar el primer paso. No están solas, siempre hay alguien dispuesto a ayudar”.
Conoce más de sus productos aquí: https://www.facebook.com/LaNinaChamoyCandies