Cursar estudios universitarios es un sueño para casi todos los jóvenes en el mundo, y los latinos no son la excepción. Sin embargo, en Estados Unidos cada vez se ha hecho más frecuente que los jóvenes terminen su carrera a la par de adquirir enormes deudas para lograrlo, situación que se ve más dentro de la comunidad latina, señala un reciente reporte.
El estudio “On the verge. Costs and tradeoffs facing community college students”, elaborado por The Institute for College Access and Success (TICAS), expone que aunque la matrícula de los 22 colegios comunitarios que hay en California es la más baja del país, sus estudiantes se enfrentan a diversos obstáculos financieros, como el pago de vivienda, transporte y libros de texto, lo que aumenta los costos y las probabilidades de adquirir préstamos que derivarán en futuras deudas.
Asimismo, el Centro Washington para el Crecimiento Equitativo señala que tanto los estudiantes latinos como los afroamericanos han sido los más afectados por la crisis de deudas estudiantiles, que hasta este año ascendía a 1,300 millones de dólares.
El reporte puntualiza que la región del condado de Los Angeles con la mayor tasa de morosidad estudiantil abarca las ciudades del sureste, como Huntington Park, Bell Gardens, Cudahy, Bell, Maywood y South Gate. En ellas vive la mayor cantidad de hispanos en Estados Unidos.
En promedio, se estima que los universitarios graduados este 2016 tienen una deuda cercana a los 37 mil dólares. “Estas deudas son un lastre para nuestra economía en general”, opinó Maggie Thompson, directora ejecutiva de Generation Progress.
Por este motivo, para muchos latinos los colegios comunitarios son una alternativa, significando un camino más largo y menos oneroso para culminar una carrera. Sin embargo, esta opción tampoco los exime del todo de las deudas.
Un caso que refleja la realidad de muchos estudiantes latinos en Estados Unidos es el de Carlos Vásquez, hijo de padre mexicano y madre salvadoreña. Carlos deseaba estudiar contabilidad en la Universidad de Chicago, pero una deuda de 20 mil dólares que acumuló apenas en su primer año en el instituto lo hizo replantear su sueño.
“Iba a terminar debiendo 40 mil dólares en préstamos estudiantiles y decidí salirme”, narra el joven, quien en marzo de 2012 buscó otra opción académica en su natal condado de Los Angeles. Su elección fue el Colegio de Santa Mónica, donde comenzó tomando clases de negocios, pero más tarde se interesó por la química. “Me enfoqué más en estudiar. Para mí fue un alivio no pagar tanto dinero”, comentó.
Actualmente, 4 años después de su salida de la Universidad de Chicago, los padres de Carlos aún no han terminado de pagar el préstamo inicial. Pero gracias a su excelente desempeño académico, Carlos consiguió ayuda financiera y ahora busca un título de Química en la Universidad de California en Irvine (UCI). Con sus becas pagará la mayor parte de una colegiatura total de 33 mil dólares. “No es justo que tengas que deber dinero al graduarte, es algo que te desalienta”, opina Carlos.
“Los latinos somos pocos en las universidades por esa razón, no es porque seamos menos inteligentes, sino porque no podemos pagar la colegiatura”, aseveró el joven, quien sueña con obtener un doctorado en Química para dedicarse a la investigación y la docencia.
Stephanie Campbell, directora ejecutiva del programa de preparación universitaria Bright Prospect, con sede en Pomona, concluye el reporte diciendo que “es muy difícil para los jóvenes empezar sus vidas personales y profesionales cuando tienen tantas deudas por su educación. Es un problema nacional”.
Fuente: The Institute for College Access and Success (TICAS)