Incluir en los programas educativos los temas de historia sobre grupos hispanos y étnicos ha sido objeto de un largo debate en todo Estados Unidos, mientras algunas entidades se han mostrado a favor, en otras incluso se han retirado de las escuelas programas mexicano-estadounidenses.
“Los chicos tienen logros y mejor rendimiento escolar cuando pueden realmente leer y hablar de personas que se parecen a ellos”, comenta Cara Luchies, quien trabaja en una escuela secundaria que es 50% hispana, en Colorado.
Luchies es tan solo una de las muchas maestras, educadores y activistas en Estados Unidos que trabajan por asegurar que los jóvenes estudiantes de cualquier origen aprendan sobre la historia de sus antecesores a través de los estudios étnicos. Sin embargo, hasta el momento los estudios hispanos y de otras etnias se han topado con distintas oposiciones.
En Colorado, desde hace 10 años uno de los requisitos de graduación en secundaria es una clase que, por ley, debe cubrir “la historia y la cultura de las minorías, incluyendo pero sin limitarse a, los indios americanos, los hispanos estadounidenses y los africano-estadounidenses”, expone la maestra.
Actualmente, la legislatura de Colorado se encuentra preparando una iniciativa para reforzar dicha ley, mediante la creación de una comisión de diversidad étnica que ayude a los distritos escolares a desarrollar el tipo de planes de estudio sobre las distintas etnias. Esta iniciativa contrasta con lo que ocurre en estados como Arizona y Texas, donde los esfuerzos por promover estudios hispanos y étnicos no han rendido frutos y se han visto frustrados.
En 2010, en Arizona, se aprobó una prohibición de los estudios étnicos, lo que obligó a desaparecer un programa sobre México y Estados Unidos. Asimismo, en Texas, una iniciativa para promover estudios mexicano-estadounidenses en las secundarias se vino abajo por cuestiones políticas.
Acerca de este debate, en 2012 investigadores de la Universidad de Stanford analizaron un programa piloto de estudios étnicos en San Francisco. En él, los estudiantes de noveno grado recibieron la oferta de clases que incluían proyectos centrados en sus propias comunidades, sus familias y ellos mismos. En enero de este año, los investigadores concluyeron que dichas clases les ayudaron a aumentar sus calificaciones así como la asistencia de estudiantes con dificultades.
Fuente: The Associated Press (AP)