Estados Unidos es hogar de prestigiosas universidades, entre ellas destacan ocho: Brown, Columbia, Cornell, Dartmouth, Harvard, UPenn, Princeton y Yale; las cuales conforman la Ivy League, que es como se conoce a este conjunto de universidades, catalogadas como las mejores de Estados Unidos y de las mejores del mundo. Pero, ¿cuántos estudiantes latinos logran ingresar a ellas?
Históricamente, los inmigrantes -y más si son indocumentados- tienen mayores obstáculos a la hora de estudiar, sobre todo cuando se habla de educación superior. Su ingreso a universidades se ve mermado por la falta de oportunidades y de recursos económicos, viendo como casi única esperanza la obtención de una beca.
A pesar de ello, en los últimos años los inmigrantes se han hecho de un lugar en las universidades de Estados Unidos, y los estudiantes latinos no han sido la excepción. Aunque los hispanos en general siguen abriendo camino en educación, las cifras de nuevo ingreso muestran tímidos avances.
Por ejemplo, en Brown, apenas 1 de cada 10 solicitantes es aceptado, tasa similar en las otras 7 universidades de la Ivy League.
Sin embargo, las instituciones señalan que su proceso de admisión no identifica etnias, sino capacidades. “Nuestro compromiso con la diversidad significa atraer a profesores, estudiantes y personal excepcionalmente talentosos”, expresa la universidad de Brown.
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En Princeton, los hispanos constituyen el 9.1% del alumnado; en Harvard el 12%; mientras que en Dartmouth no han superaron el 10% desde 2010.
Expertos y consejeros en materia de educación sugieren que la escasa presencia de latinos en las universidades de la Ivy League responde más a la falta de recursos económicos que de capacidades. “Les estamos abriendo los ojos, les decimos ‘ahí está Harvard, Yale’, pero algunos lo ven como algo muy lejano, sobre todo geográficamente”, explica Alejandro Ruiz, consejero en un programa de la Universidad del Sur de California que ayuda a que estudiantes pobres estudien una profesión.
Alejandro dice que ha visto más ánimo para solicitar admisión en la Ivy League, sin embargo lamenta que pocos tienen éxito. “Pero otros sí han conseguido los fondos para pagar la universidad y están yendo para allá”, agrega.
Entre los retos que enfrentan los estudiantes latinos para cumplir con los requisitos que piden las universidades de la Ivy League están el estudiar en secundarias de bajo rendimiento, pues muchos de ellos son los primeros en sus familias que ingresan a un instituto superior. “Algunos tienen padres que solo fueron poco tiempo a la primaria”, apunta Stephanie Campbell, directora ejecutiva del programa de preparación universitaria Bright Prospect, con sede en Pomona.
Otros obstáculos son que las familias hispanas se angustian al pensar que sus hijos estarán lejos de casa o desconocen que las universidades ofrecen paquetes de ayuda financiera que se basan en el nivel económico de los solicitantes, cubriendo colegiaturas de hasta 60 mil dólares al año.
Fuente: El Diario NY