El gobierno estadounidense prevé realizar una serie de redadas a gran escala contra centenares de inmigrantes indocumentados en todo EE UU tan pronto como inicie 2016, lo cual ha generado indignación entre grupos pro inmigrantes.
El plan (actualmente en construcción) sería el primero de su tipo desde la crisis humanitaria en la frontera sur en 2014. Se llevaría a cabo en cualquier sitio donde se encuentren los indocumentados, que de inmediato quedarían sujetos a la deportación, según fuentes citadas por The Washington Post.
Las redadas se efectuarían cuando, en paralelo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) ha comenzado a abrir nuevas instalaciones ante la llegada de más niños indocumentados no acompañados provenientes de Centroamérica.
Las redadas estarían dirigidas específicamente contra adultos y niños que ya han recibido órdenes de deportación por parte de un juez de Inmigración. A pesar de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no ha querido precisar cifras, la Oficina Ejecutiva para la Revisión Migratoria (EOIR), que depende del Departamento de Justicia, dijo que entre el 18 de julio de 2014 y el pasado 24 de noviembre, 9 mil 109 niños no acompañados han recibido órdenes de deportación, de un total de 46 mil 956 casos referidos por DHS.
El plan de redadas sería una respuesta a la nueva ola de inmigrantes indocumentados que huyen de la violencia en Centroamérica, en particular en el llamado “Triángulo del Norte” compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras. Por ello, grupos pro inmigrantes reaccionaron con indignación y rechazo al plan del DHS.
Philip Wolgin, director asociado para asuntos de inmigración del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP), dijo que, aún sin conocerse los detalles del plan, éste “nos regresaría a la era de redadas a gran escala que aterrorizaron a las comunidades inmigrantes”. Para Wolgin, “el realizar redadas a gran escala para disuadir a futuros solicitantes de asilo contraviene nuestras obligaciones legales y morales de proteger a quienes huyen de la persecución. Estas familias deberían tener derecho a presentar sus casos y, en vez de redadas, EE UU debería centrarse en corregir las causas de la violencia en el Triángulo de Norte”.
El plan ha salido a la luz poco después de que el DHS indicara que, al cierre del año fiscal 2015, entre octubre de 2014 y septiembre pasado, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas deportó a 235 mil 413 indocumentados, de los cuales el 91% tenía antecedentes criminales.
Fuente: La Opinión
