A medida que van llegando los inmigrantes aumenta la inversión que hace el gobierno estadounidense en centros de detención para niños y mujeres. Estos centros han enfrentado una gran oposición de organizaciones civiles que defienden los derechos de los inmigrantes, de hecho la existencia de estos centros se está litigando en los tribunales del país.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) abrió dos centros de detención, uno en Dilley muy cerca de la ciudad de San Antonio y otro en Karnes City, el segundo puede alojar solo a 4 mil 300 personas, una pequeña fracción de las mujeres y los menores que entran sin papeles a los Estados Unidos.
Organizaciones civiles y líderes políticos han pedido al gobierno federal que deje de detener a las familias.
En abril la jueza federal de California, Dolly Gee, determinó en un fallo tentativo que la detención de familias por parte de autoridades de migración es una violación al acuerdo judicial del caso Flores V. Meese que data de 1997 que establece que los niños deben ser entregados a familias adoptivas, parientes o en ambientes en los que sea posible el cuidado a los menores. La jueza mantuvo el fallo en calidad de tentativo para que las autoridades y los abogados de los inmigrantes puedan negociar una solución.
Por su parte ICE prometió mejorar las condiciones de estos centros por medio de una revisión de los casos de las personas que se encuentran detenidas en estos centros.
Fuente: Univisión