Varias de las familias de indocumentados provenientes de Centroamérica detenidas durante las redadas realizadas en enero, la mayoría de ellas compuestas por madres y menores, fueron puestas en libertad, sin embargo su situación migratoria aún se encuentra en suspenso.
Las redadas anti indocumentados llevadas a cabo por agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) durante el primer mes del 2016 arrojaron cientos de detenidos, entre ellos familias compuestas por madres y menores centroamericanos; los cuales fueron puestos a disposición de autoridades migratorias para determinar su futuro en el país o, en defecto, su deportación.
Dentro de estos detenidos, por lo menos siete familias de indocumentados centroamericanos fueron puestas en libertad y regresaron a Georgia, donde radicaban al momento de ser detenidas por agentes del ICE y posteriormente trasladadas al centro de detención ubicado en Pennsylvania.
Sin embargo, cabe destacar que estas familias solo obtuvieron una suspensión temporal en su proceso de deportación, pues deberán presentarse ante un juez para definir su situación migratoria en el país estadounidense.
La semana pasada, la coalición de organizaciones de Georgia Not1More (Ni Uno Más) condenó las redadas anti indocumentados del ICE, pues destaca que estas familias “buscan refugio en Estados Unidos huyendo de la violencia, persecución, crímenes y tortura que afecta a Centroamérica”. La coalición ha pedido el cese inmediato de las redadas y que además se otorgue a las familias un “proceso justo” en su búsqueda de asilo en Estados Unidos.
Las familias liberadas deberán presentarse ante un juez durante este mes para determinar su situación o su posterior deportación. “Estoy muy feliz de estar de regreso, pero no sé la verdad lo que va a pasar”, dijo Ana Mejía, madre hondureña que fue detenida junto a su hijo de 10 años el pasado 2 de enero.
Fuente: La Raza
