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Acceso Latino

Es una compañía que busca empleados para grandes firmas estadounidenses. Pero esta tiene algo especial: solo ofrece trabajadores que sean refugiados. De otra manera, encontrar un salario sería una odisea para estos extranjeros.

Han ofrecido un trabajo a más de 200 extranjeros en los últimos tres años.

Y todos ellos tienen algo en común: son refugiados. Afganos, etíopes, congoleños, cubanos, venezolanos que lograron refugio en Estados Unidos por razones políticas y de violencia y, por lo tanto, ahora pueden trabajar legalmente en el país.

Pese al permiso laboral, la mayoría de veces buscar empleo es una odisea para ellos. La firma Amplio Recruiting los conecta con decenas de empresas, los contrata de prueba para las primeras 500 horas de trabajo y, si convencen a las firmas, se los acaban quedado.

Según Amplio Recruiting, Google, Tesla, Walmart y Coca Cola han contratado a refugiados a través de sus servicios de reclutamiento. Pero algo ha cambiado para esta empresa en los últimos meses: el nuevo presidente.

Sus decisiones para restringir el programa de refugiados y su retórica vinculándolo con el terrorismo islamista han tenido efectos para Amplio Recruting. Curiosamente positivos.

“La cobertura mediática de los refugiados ha provocado que muchas compañías levanten el teléfono y nos contacten. Y nos dicen que quieren ayudar. Hemos visto un incremento enorme en interés y en ingresos porque muchas compañías lo ven como una buena opción”, dice el CEO de la compañía, Chris Chancey.

Si el año pasado la compañía ingresó 300,000 dólares, para este año espera 2 millones. Casi siete veces más.

Todo empezó en Clarkston, Georgia, una de las mayores concentraciones de refugiados en Estados Unidos.

Por un lado, Chancey se encontró allí a decenas de refugiados que le decían que buscaban empleos pero nadie les contrataba. Por otro conocía demasiadas empresas en Atlanta, Georgia, que buscaban empleados sin éxito. “Vi que debíamos poner en contacto esa falta de empleados con los refugiados que buscaban trabajo”, cuenta ahora Chris Chancey.

Empezaron ofreciendo trabajo a refugiados en fábricas, donde sufrían para encontrar trabajadores que tuvieran papeles y que pasaran los tests de droga, pero poco a poco también les dieron empleo en almacenes, empresas de construcción, restaurantes y hoteles.

Ahora, los refugiados que ya encontraron empleo temen por otra cosa: que sus familias, en las mismas condiciones que ellos en sus países de origen, se queden a las puertas de Estados Unidos por las nuevas políticas migratorias.

Fuente: UNIVISIÓN.

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