Uno de los grupos más afectados por la pandemia y el confinamiento han sido los niños, ellos perdieron espacio porque los papás fueron los que invadieron la casa, aparte hay que agregar que tienen más de 3 meses sin ir a la escuela.

Los más pequeños de casa están sufriendo por no ver a sus amigos, no salir al parque, al cine, a sus actividades deportivas y demás cosas que ellos consideran divertidas. Esto ha provocado ansiedad en los niños y un aburrimiento considerable, lo cual complica la relación entre los miembros de la casa.

Todos los días hay quejas, para muchos de los infantes es difícil entender lo que está sucediendo y explicar no es fácil, ya que la situación es complicada y no se vislumbra un final inmediato o mediano plazo.

A decir de la doctora de Sandi Mann, catedrática de psicología en la Universidad del Centro de Lancashire, en Reino Unido, y autora del libro “La ciencia del aburrimiento” (The Science of Boredom), establece que el aburrimiento puede ser una experiencia positiva. “Cuando mis hijos me dicen que están aburridos, yo les contesto, ¡genial! 

La experta lo ve como una señal de que hay una buena educación en lo hijos. Las niñas y niños necesitan aburrirse y darse cuenta de que es una oportunidad para no hacer nada y puedan desaburrirse por sí mismos.

Si no pueden solos, extiéndeles la ayuda, solo una guía. Los hijos deben poder resolver estas situaciones sin ayuda de los padres, indicó Mann

Ofréceles tres opciones de qué hacer, impúlsalos a que usen su imaginación, esto les ayudará crear o desarrollar una habilidad muy útil.

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