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Acceso Latino

Más de 350 condados en Estados Unidos, considerados santuarios de migrantes, enfrentan la amenaza de un bloqueo de recursos por oponerse a las deportaciones masivas anunciadas por Donald Trump.

En Chicago, autoridades aseguran que no habrá marcha atrás en las políticas pro migrantes que mantienen desde hace 33 años.

Cientos de mexicanos se mantienen a la expectativa: los que no tienen documentos, dicen que no queda más que esperar, los que tienen la posibilidad de tramitar algún documento, se apresuran a hacerlo.

Noé Vargas es panadero. Hace ocho años él y su esposa dejaron San Pedro Orizaba, Oaxaca.

Tardaron cuatro noches en cruzar el desierto de Arizona. Al pollero le pagaron 6 mil dólares, los ahorros de muchos años.

En Chicago, los esperaba su familia, familia que creció inmediatamente y que ahora siente en riesgo.

“Nosotros tenemos hijos nacidos aquí, son americanos. Si nos llegan a deportar a nosotros, pues los hijos se van a quedar sin papá”, afirmó Noé Vargas.

La única identificación que tienen es la licencia para conducir, pudieron tramitarla por vivir en una ciudad santuario, es decir, en una ciudad que respalda a las personas indocumentadas.

“Ninguna policía de ningún tipo puede pedir documentación para verificar estatus migratorio de nadie, solamente la policía migratoria, en este caso el ICE”, señaló Carlos Jiménez Macías, Cónsul General de México en Chicago.

“No hay redadas, no están permitidas ir a buscar una persona si no hay un proceso. Tienen muchísima protección”, destacó Jiménez Macías.

El año pasado, Noé, su hermano y un amigo, abrieron una panadería al sur de Chicago. Pagan impuestos y también a quienes los ayudan con los permisos.

“Se les tiene que pagar por hacernos el favor. Sacar la licencia y todo a nombre de ellos”, explicó Noé Vargas.

Noé da empleo a cinco mexicanos indocumentados, está preocupado por la llegada de Trump pero, dice, siempre hay opciones.

A veces vienen clientes y dicen: ¡oiga, nos van a deportar. Nos vamos para Canadá, ya abrieron fronteras para nosotros los mexicanos!, dijo Noé.

La amenaza de Donald Trump de poner fin a las ciudades santuario, ha encendido las alertas en 364 condados y 39 ciudades de Estados Unidos.

En Chicago, el alcalde Rahm Emanuel ha dejado claro que no se dejará de ayudar a las personas sin documentos tras la elección presidencial, dijo que en 2017 se les entregará una identificación especial para que tengan acceso a servicio médico y puedan realizar trámites en bancos y oficinas municipales.

Además, anunció la creación de un fondo de protección legal, que fue aprobado el 15 de diciembre, por más de un millón 300 mil dólares para que personas sin documentos y refugiados amenazados con la deportación tengan acceso a servicios legales. La alcaldía asegura que más de 20 mil personas serán beneficiadas.

Carlos Jiménez Macías, cónsul de México en Chicago, considera que Trump no podrá evitar que alcaldes respalden a migrantes, pero sí puede presionarlos cerrando la llave del dinero federal.

“No se puede ni debe desconocer o disminuir el valor de la aportación de los migrantes a la grandeza de esta nación”, reiteró el cónsul Jiménez Macías.

“Lo que puede generar, no los va poder obligar, pero sí puede suspender los recursos, los apoyos que requiere esta condición”, explicó Jiménez Macías.

La incertidumbre no es exclusiva de los indocumentados.

Silvia España nació en la Ciudad de México y llegó a Estados Unidos cuando tenía 15 años. Hoy tiene 55.

En Chicago conoció a su esposo, también mexicano. Ahí nacieron sus dos hijos y sus cuatro nietos.

Es residente y cumple con todos los requisitos para ser ciudadana. El trámite lo ha pospuesto pero la incertidumbre por la llegada de Trump a la presidencia la convenció de presentar el examen cuanto antes.

“Vale la pena hacerlo ahorita antes que empiece este nuevo presidente porque no sabemos cómo va a ser la situación”, explicó Silvia.

Silvia no pierde contacto con México, si puede va dos veces al año. Jeannette y Salvador son sus hijos.

Nacieron en Estados Unidos y han crecido respetando el origen de su familia. Jeannette se ha encargado de que sus cuatro hijos también lo hagan.

 “Para mí es un orgullo, un orgullo que mis hijos hablen los dos idiomas y que amen a mi país que es el de ellos también”, dijo la señora España.

“Se les inculca el amor a México, saben de dónde vienen. El simple hecho de mantenerlo en la casa, ya se han dado cuenta de que en mi casa hay mucho México”, explicó Jeannette Ortega.

A Jeannette le preocupa que sus hijos sean discriminados a pesar de ser ciudadanos estadounidenses.

“Es un tema que se les ha hablado en la casa. Eres mexicano, sí, y no vas a permitir que nadie te ofenda, con la cara en alto, sí soy mexicano, no hay problema”, concluyó Jeannette Ortega.

Fuente: Noticieros Televisa.

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