Aunque desde 1995 Manuel Godínez Zepeda podía haberse convertido en ciudadano de Estados Unidos, no solicitaba la naturalización porque tenía pavor a que se la negaran y hasta lo fueran a deportar.
Y motivos no le sobraban. Tenía en sus antecedentes, varios delitos que lo detenían de pedir la ciudadanía. Nada menos que acusaciones por tráfico humano, manejar en estado de ebriedad y violencia doméstica.
Godínez Zepeda vino a Estados Unidos a los 17 años. La Amnistía firmada por el president Ronald Reagan en 1986 le permitió obtener la residencia permanente debido a que sus primeros años los trabajó en los campos de San Luis Obispo, California.
Pero dos años después de hacerse residente, según narra, se metió sin querer en su primer problema con la justicia y con quien menos debía, las autoridades de migración.
Encuentra ayuda
Hace tres años, oyó un programa de radio donde participaba el abogado en migración Eric Price, “escuché que había sido fiscal de migración y eso me dio confianza. Cuando escuchó mi historia, fue sincero, me dijo que mi caso estaba un poco difícil y corría el riesgo de perder la residencia, pero me aseguró que si eso pasaba, él me ayudaría a recuperarla”, indica.
Godínez Zepeda cuenta que el abogado solicitó todo su expediente a migración; y pidió una búsqueda profunda de su historia criminal al FBI.
“No sé cómo pero me limpiaron mi récord. Y hace seis meses se hizo la petición de la ciudadanía. El 15 de agosto hice el examen. Me dieron la oportunidad de hacerlo en español porque paso de los 50 años y tengo más de 20 años como residente permanente”, indica.
El 22 de agosto en una ceremonia masiva en el Centro de Convenciones de Los Ángeles, se convirtió en ciudadano de los Estados Unidos.
“En ese momento, me comencé a sentir diferente, como que las puertas se me abrieron para poder hacer más cosas y obtener más beneficios en este país. Me siento como que mi voz va a ser más tomada en cuenta”, dice, más que feliz.
Godínez Zepeda, quien trabaja como conductor de su propio camión tráiler para una empresa de transporte de carga en Long Beach, dice que ahora sí va a poder comprarse con toda confianza la casa que tanto ha anhelado.
Además, está entusiasmado porque ya solicitó la residencia para su segunda esposa, Angélica Gómez Cruz, con quien tiene dos hijos, Ángel Elías de 2 años y Génesis Angélica de 2 meses.
Inspirados en su caso, revela que varios en su círculo de amigos que son residentes permanentes y que no se atreven a pedir la ciudadanía por sus antecedentes penales, se han animado a consultar un abogado que los ayude a limpiar su récord y a iniciar el deseado proceso de naturalización. “Estaban esperando a ver a que pasaba conmigo para animarse a consultar a un abogado y ver sus opciones“, subraya.
La abogada Jamaica Abare, quien llevó el caso de Godínez Zepeda en el despacho del abogado Price, dijo que en este caso se emprendió un proceso en la corte para sellar o borrar las condenas criminales y arrestos. Esto quiere decir que sus sentencias fueron desechadas, lo que le permitió solicitar la ciudadanía sin tener problemas.
“Aquellos inmigrantes que tengan casos similares, es muy importante que vean a un abogado de migración y no hagan el trámite de ciudadanía por ellos mismos, porque pueden poner en riesgo su residencia permanente“, agregó la abogada Abare.
Fuente: La Opinión