Las enfermedades cardiovasculares -nombre con el que se les denomina al conjunto de afecciones del corazón y de los vasos sanguíneos- son la principal causa de muerte alrededor del mundo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el planeta cada año fallecen más personas por alguna enfermedad cardiovascular que por cualquier otra causa.
De ahí la importancia de velar y prestar particular atención a la salud del corazón. Pero, ¿en qué factores me tengo que fijar para saber el estado de mi salud cardíaca?
La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomienda prestar atención a siete factores clave:
- Antecedentes familiares
Se debe conocer y compartir con un especialista el historial médico completo de los familiares. Esto se debe a que el historial de la familia puede darle un mejor panorama al médico en cuanto al riesgo general de una persona de padecer enfermedades cardiovasculares en el futuro.
- Circunferencia de la cintura
Las directrices de la AHA indican que la cintura de los hombres debe de medir menos de 40 pulgadas (101 cm), mientras que en las mujeres debe medir menos de 35 pulgadas (89 cm).
- Colesterol
Contar con un exceso de colesterol ‘malo’ (LDL) eleva el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Para mantenerlo bajo control se aconseja realizarse análisis de sangre para conocer los niveles actuales de colesterol y, posteriormente, trabajar en conjunto con un profesional de la salud para determinar los cambios que se necesite hacer.
- Condición cardiorrespiratoria
Realizar ejercicios aeróbicos -como correr o nadar- puede hacer que el corazón bombee más sangre y desarrolle una mayor resistencia. Por ello la recomendación es realizar cualquier tipo de ejercicio aeróbico que aumente la respiración y el pulso cardíaco en forma regular.
- Niveles de glucosa en la sangre
Presentar niveles demasiado altos o demasiado bajos de azúcar en la sangre puede afectar la salud cardíaca. La mejor manera de mantener estos niveles bajo control es llevando una dieta baja en grasa, comidas dulces, azúcares añadidos y carnes procesadas.
- Presión arterial
De no estar bajo control, puede elevar el riesgo de ataques de corazón, ataques cerebrales e insuficiencia cardíaca. Para controlarla, una persona debe tomarse la presión en forma regular para detectar patrones y darse cuenta si las cifras van aumentando.
- Ritmo cardíaco en reposo
Mientras menor sea el ritmo cardíaco en reposo, mejor. La AHA considera que, para la mayoría de las personas, lo ideal es tener un ritmo cardíaco en reposo de entre 60 y 100 latidos por minuto.
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