La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos solicitó al gobierno de aquel país desmantelar el sistema de detención de inmigrantes y señalaron que el tema de los derechos de los inmigrantes podría ser abordado por el papa Francisco durante su visita en septiembre próximo a suelo estadounidense.
En un informe, los obispos destacaron que decenas de miles de inmigrantes son detenidos y encarcelados en condiciones muy similares a los que tiene una prisión, esta situación, consideraron, provoca daños psicológicos. “Urgimos a la Administración y al Congreso a construir un sistema que permita la protección del debido proceso, honre la dignidad humana y minimice el uso de la detención”, apunta el documento firmado por Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn.
Entre las personas afectadas por estas medidas se encuentran muchas madres y niños que fueron detenidos el año pasado durante la crisis de flujo migratorio procedentes de América Central. Estas instalaciones de detención, señaló Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente de la Comisión Episcopal sobre la Migración, son administradas por corporaciones con fines de lucro, lo cual perpetua un sistema que “desde el punto de vista moral es inaceptable”.
Eusebio Elizondo y Nicholas DiMarzio mencionaron que los derechos de los inmigrantes será un tema que posiblemente sea abordado en el discurso que se espera el papa Francisco dé en la sesión conjunta del Congreso de los Estados Unidos en el mes de septiembre.
Diversos defensores de los inmigrantes y dirigentes religiosos han expresado su preocupación por el trato a los inmigrantes en centros de detención. Estas personas son generalmente menores que viajaban solos o con su familia, y que cruzaron a Estados Unidos para huir de la violencia que se vive en países como Honduras, Guatemala y El Salvador.
El número de camas en los centros de detención ha pasado de 100 a 3 mil 700. Recientemente, fueron construidos dos centros más de detención de familias inmigrantes en Texas, que se suman al que ya existía en el estado de Pennsylvania.
Fuentes: El Nuevo Herald, Conferencia de Obispos Católicos
