El trastorno afectivo estacional hace que cuando nuestros relojes biológicos entran en el horario invernal nos sintamos más tristes o enojados. También, el cambio climático y factores sociales, provocan alteraciones en nuestra mente y cuerpo.
De acuerdo con investigadores daneses del Journal of World Psychiatry, un mes antes del cambio de horario hacia el invierno, aumenta la depresión invernal en un 8% (conocido también como trastorno afectivo estacional).
El lado positivo de todo esto, es que sí hay una solución y se trata de los alimentos antidepresivos para soportar el frío que este grupo de científicos elaboró, ya que los que contienen fuentes más densas de nutrientes previenen depresiones y hacen que nos sintamos bien en general.
Estos alimentos son:
- Acelgas
- Berros
- Col rizada
- Espinacas
- Hojas de mostaza
- Nabo
- Ostras
- Alimentos fermentados: yogurt cultivado, kéfir, kimchi, kombucha y chucrut. Están llenos de bacterias saludables que favorecen la producción de serotonina.
- Brócoli, espárragos, cebollas, ajos, alcachofas, legumbres y frijoles: contienen prebióticos que “fertilizan” las bacterias saludables en el intestino y hacen que crezca, además de ser ricos en fibra.
- Caballa, salmón, atún fresco, arenque y trucha: sus grasas poseen omega 3, que forma la membrana externa de las neuronas del cerebro, ayudando a combatir la depresión. Se recomienda su consumo dos veces por semana.
- Vegetales con hojas verdes: fuentes de vitamina B, hierro y magnesio, que mejoran nuestro estado de ánimo.
Por último, la doctora Felice Jacka, psiquiatra nutricional y jefa del Centro de Alimentos y Humor de la Universidad de Melbourne, asegura que “de todo lo que hemos investigado hasta la fecha, podemos decir con seguridad que la calidad de las dietas de los adultos está relacionada con su salud mental. Las dietas altas en alimentos integrales como verduras, frutas, cereales integrales, frijoles y legumbres, nueces y semillas, pescado y aceite de oliva se asocian constantemente con un menor riesgo de depresión mientras que las dietas altas en bebidas azucaradas, alimentos procesados y carbohidratos refinados están constantemente relacionadas con un mayor riesgo de esta”.
