La gastritis es una de las enfermedades gastrointestinales más comunes y se puede deber a diversos factores como el consumo de alcohol, tabaco, picante y cosas saladas. Los especialistas coinciden en que la mejor forma de tratar la gastritis es por medio de la prevención, con un buen manejo de control de los factores de riesgo, una vida saludable y un tratamiento médico adecuado.

La gastritis generalmente se diagnóstica por medio de la gastroscopia, un estudio por el que se buscan indicios de inflamación en el revestimiento del sistema digestivo y permite la toma de una muestra pequeña por medio de una biopsia, exámenes de sangre o el cultivo de heces fecales, este último estudio va enfocado a buscar la presencia de bacterias en el tracto digestivo.

Entre las medidas de prevención no farmacológicas se recomienda dejar de fumar y no consumir alcohol, debido a que ambos además de acelerar el deterioro de la mucosa, disminuyen la velocidad de la curación, además de disminuir el consumo de cafeína y controlar el estrés.

Las medidas anteriores deben ir acompañadas de una terapia farmacológica, que será designada por el médico según la gravedad del estado y las necesidades del paciente. Actualmente las terapias existentes son muy variadas y se acomodan fácilmente a cada paciente y a su presupuesto.

La gastritis se puede dividir en dos dependiendo de los factores que tenga, estas divisiones son: aguda y crónica, la primera consiste en infecciones por algún tipo de virus o bacterias, la segunda consiste en inflamaciones y lesiones en el estómago.

Los especialistas coinciden en que la prevención es clave para combatir la enfermedad por medio de un estilo de vida saludable que consista en una buena alimentación y actividad física diaria.

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