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Acceso Latino

Los cubrebocas se han convertido prácticamente en nuestra segunda piel, pero puede que no estemos teniendo cuidado al momento de ponérnoslo. Es por eso que debemos saber cómo colocarlo adecuadamente:

 

  1. Antes de usarlos, hay que verificar que en caso de que tenga pieza facial o válvula respiratoria, no estén dañadas, ya que no se pueden utilizar por seguridad.

 

  1. El cubrebocas se debe agarrar con la palma de la mano en su parte exterior para pegárnosla en la nariz, boca y mentón.

 

  1. Con la otra mano, se deben pasar los elásticos atrás de la cabeza hasta el cuello.

 

  1. Mientras ajustamos la parte que cubre la cara, con la otra mano ajustamos el elástico inferior al cuello y el elástico superior debe estar en la parte del cráneo donde las dos manos tienen que estar una frente a otra formando un ángulo de 45° con respecto al elástico inferior.

 

Una vez que ya sabes cómo ponerte tu mascarilla correctamente, te presentamos los errores que pueden hacer que contagies:

 

  • Pensar que con traerla puesta se puede hacer cualquier cosa: aunque la traigamos puesta, esto no hace que podamos hacer las actividades de antes. Recuerda mantener una distancia mínima de dos metros entre personas, al igual que estornudar en la parte interna del brazo y quedarte en casa si presentas síntomas.

 

  • Estarla manipulando: se recomienda no tocarla, y cuando nos la quitemos, tiene que ser con la debida limpieza en las manos (agua y jabón o en caso de no tener a la mano estos medios, con alcohol en gel).

 

  • Quitarla para hablar: pensamos que no nos pueden escuchar bien, pero se ha demostrado que las mascarillas no intervienen con el volumen de nuestra voz. Tampoco te la quites para toser o estornudar, ya que su finalidad es que las gotas que escupimos al hablar se queden en esta para no infectar a los demás. De igual forma, no la lleves debajo de la nariz o en la barbilla, porque no sirve de nada.

 

  • Traerla por mucho tiempo: y es que cada tipo de mascarilla tiene un tiempo recomendado; para las quirúrgicas se recomiendan 4 horas, y si son de tela, 8 horas y después lavar. Si no son reutilizables, se deben tirar después de usar.

 

  • Ponértela mal: debe cubrir las áreas sensibles a la exhalación e inhalación de bacterias y virus, por eso debe estar colocada desde el puente de la nariz hasta la barbilla.

 

  • Tamaño incorrecto: si es holgada o muy ceñida hacen que se creen zonas en las que pueden entrar virus y bacterias, ya que los laterales de la boca y nariz están expuestos, por eso se debe adaptar a nuestro tipo de cara.

 

  • Guardarla donde no: debe de estar ya sea en un estuche especial, bolsa de papel o en bolsas de tela, y lavarlas posteriormente, porque si las almacenamos en los bolsillos o bolsas o inclusive en el cuello o codo, se pueden contaminar y perder su funcionamiento.

 

  • Retirarla por cualquier cosa: sólo debes de hacerlo a la hora de comer o beber; y tratar de no fumar ya que la manipulación de la mascarilla y el contacto de los dedos con la boca tras agarrar el cigarro pueden ser transmisores.

 

Por último, es importante conocer cuáles son los tipos de cubrebocas que hay para utilizarlos correctamente:

 

Quirúrgicos: están hechos para que te protejan de adentro hacia afuera; es decir, evitan contagios si lo trae puesta una persona con Covid-19. El lado más oscuro debe estar afuera.

FFP2 o KN95: protegen en ambos sentidos (a ti y a los demás), pero se recomienda que el personal médico los use únicamente.

Tela: son muy comunes y se pueden reutilizar.

Higiénicos: los más fáciles de encontrar, pero una vez que los uses, deben deshacerte de ellos.

Válvula: cuidan a la persona que la está usando; sin embargo, no son muy recomendables ya que pueden contagiar al exhalar.

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