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Acceso Latino

Son más de 300 ciudades y condados que protegen a sus inmigrantes.

WASHINGTON.- Nadie sabe a ciencia cierta qué hará Donald Trump al asumir la presidencia el mes próximo, pero muchas de las más de 300 ciudades y condados “santuario” se preparan desde ya para la defensa de migrantes vulnerables, aún si eso les supone perder fondos federales.

Durante la contienda, el ahora presidente electo prometió “cero tolerancia” contra “inmigrantes criminales”, y eliminar fondos federales para las “ciudades santuario” que limitan su cooperación con la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) a la hora de detener a inmigrantes “sin papeles”.

Aunque grandes ciudades como Nueva York, San Francisco y Chicago lucen con orgullo la etiqueta de “santuario”, las amenazas de Trump y otros republicanos las pone contra la espada y la pared: si colaboran con ICE, podrían enfrentar demandas de grupos cívicos -especialmente si actúan sin una orden judicial- y, si no lo hacen, podrían perder millonarios fondos para un amplio abanicos de programas policiales, sociales y comunitarios.

“No tenemos idea de lo que hará la nueva Administración, ni cómo van a castigar a estas jurisdicciones, y las posibilidades son múltiples, pero aún las grandes ciudades podrían sufrir un enorme impacto si pierden sus fondos federales”, explicó Muzaffar Chishti, director en Nueva York del Instituto de Política Migratoria (MPI, por su sigla en inglés).

“Creo que lo más probable es que habrá negociaciones cuando surjan ideas de imponer sanciones para los que no colaboren. Muchos condados dirán que no pueden por temor a demandas, y estarán contra la espada y la pared”, agregó.

Lo irónico es que, si el gobierno les retira fondos, eso tendría un impacto en comunidades enteras –no solo los inmigrantes- y afectaría los planes de la Administración Trump de acorralar, encarcelar y deportar a hasta tres millones de “inmigrantes criminales”.

El MPI calcula que 1,9 millones de inmigrantes tienen antecedentes criminales, de los cuales 820,000 son indocumentados.

Según Chishti, parte de la primera “línea de defensa” es educar a los inmigrantes sobre sus derechos, para aliviar la ansiedad que ahora sientes muchos, en particular los “Dreamers”, incluyendo el derecho a ayuda legal, a una audiencia y a defender sus casos ante un juez.

La segunda capa, que ya está ocurriendo, es mantener la presión sobre las jurisdicciones para que “resistan los arreglos de cooperación” con ICE, precisó Chishti.

Fuente: La Raza.

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