Si bien ser residente extranjero o inmigrante legal, da la oportunidad de trabajar y vivir en Estados Unidos, un ciudadano cuenta con los derechos y obligaciones que son acreedores por haber nacido en la Unión Americana.
A continuación, explicaremos las principales diferencias entre ambos estatus, para su mejor entendimiento.
- Un ciudadano puede votar en las elecciones nacionales, un residente no, únicamente en las locales.
- Solo los ciudadanos norteamericanos pueden trabajar en agencias federales, por ejemplo, USDA, USFS, USCIS, ICE, entre otras
- Un residente no puede ser jurado en un juicio penal o civil, un ciudadano estadounidense sí puede.
- Un residente no puede ser representante de los ciudadanos en algún estado, esto aplica solo para los nacidos en Estados Unidos
- Los residentes no pueden vivir en otro país por el tiempo que quieran, los ciudadanos estadounidenses sí pueden.
- Para los residentes pedir la residencia permanente para la familia es un proceso largo y lento, para los nacionales norteamericanos, es de forma inmediata.
- The Green Card holders se debe renovar cada 10 años en caso de los residentes
- Si un ciudadano estadounidense comete un crimen, será procesado penalmente, pero no perderá su derecho a vivir en Estados Unidos, caso contrario con el residente, que podría ser deportado.
A grandes rasgos estas son las diferencias más notables. No olvides que Acceso Latino tiene la herramienta Ciudadanízate, que te guía durante todo el proceso para obtener la ciudadanía estadounidense.
Fuente: laredhispana.org